El diseño puede llegar a entenderse como un "arte mayor", un arte de nuevo tipo, un arte colectivo que involucra directamente a la sociedad que lo produce, en el tiempo que lo genera.
Aunque en realidad el diseño es otra cosa muy distinta al arte "tradicional": es el arte de nuestros tiempos, el arte moderno. No es arte contemporáneo, sino el arte que corresponde al nuevo estatuto tecnológico, a las nuevas formas de comunicación.
La idea del diseño se toma como un arte de naturaleza diferente al arte tradicional. Se destaca al diseño como potencial de comunicación humana, ajeno a la coerción del poder, en donde la creación colectiva es la que trasciende.
Se puede decir, que el arte es fundamentalmente una manifestación individual, mientras que el diseño parte fundamentalmente de una perspectiva colectiva. Aunque el sustrato de la obra de un artista y el de un diseñador es el mismo: es ante todo una creación colectiva.
Así, el arte aparece como una significación colectiva curvada, atípica, transformada, de tal manera que resulta irreconocible o poco identificable. Por su parte, el diseño aparece como una expresión de la subjetividad colectiva, y ahí radica su mayor valor y potencial.
El diseñador aunque también se expresa a partir de su subjetividad, su principal tarea es buscar puntos de contacto con el resto de sus congéneres. Es decir, busca la intercomunicación humana a la vez que intenta expresarla a la manera del arte. Intenta comunicar, tiene la voluntad de hacerlo; el sentido de su hacer es comunicar.
La obra del diseñador no pierde su sello personal por comunicar, ni es ajena al colectivo por estar impregnada de su subjetividad. Así como una artista impregna de significaciones colectivas a su obra, el diseñador impregna de subjetividad a las suyas.
Mientras que el arte es creación para entendidos, el diseño los es para todos.
El diseño crea y recrea las significaciones colectivas, el arte crea y recrea significaciones particulares.
El arte intenta expresar una subjetividad se entienda o no, se capte o no. Por su parte la obra del diseñador siempre aspira a ser entendida, captada; ya que si no, no sería un buen diseño.
Para su tarea de comunicación, el diseñador se vale de múltiples medios (color, forma, textura, lengua,etc.) y es esa posibilidad múltiple encaminada a comunicar. lo que imprime un potencial extraordinario al diseño.
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